lunes, 13 de agosto de 2012

DIA 3: TALLAHASSEE - NUEVA ORLEANS

Millas recorridas: 430

Pasadas las 7 de la mañana empezamos a despertarnos. Sudando como un pollo (increíble esta humedad) abro la puerta de la habitación y me encuentro con esto:

Ahora ya sabemos de dónde venía la música ayer. Malditos bastardos…

Nuestro desayuno consiste en Tampico con Twinkies, y unas galletas de frambuesa. En el lobby hay café gratis, pero nadie muestra demasiado interés en acercarse a probarlo. Nos duchamos procurando no tocar muchas cosas en el baño, y cargamos el maletero de nuevo.


Esta noche tenemos reservada una habitación en el Le Pavillon de Nueva Orleans, de manera que cuanto antes lleguemos, mejor. El hotel tiene pinta de estar bastante bien, por lo menos en las fotos. El señor Bujías se pone al volante y alrededor de las 8 abandonamos el Motel6.

Los capitolios de Tallahassee, el viejo delante, el nuevo detrás

De camino a la cuna del jazz, hay un par de sitios en los que podemos parar, el museo de la Aviación naval en Pensacola, y el Battleship Memorial Park en Mobile, ya en Alabama. Cuando recordamos que en el de Pensacola entramos gratis, las opiniones se unifican como por arte magia, vamos allí.

El centro de Tallahassee

Nos esperan algo más de 200 millas de interestatal impecablemente mantenida.

Rodando por aquí los kilómetros no duelen


Ya cerca de Pensacola, en una gasolinera atestada de sureños repostamos $20 para llegar a Alabama, donde la gasolina es bastante más barata. Al salir, el GPS nos hace alguna pirula y acabamos metiéndonos por carreteras de tercer o cuarto nivel antes de llegar a la zona del museo.


De vez en cuando está bien perderse

En la garita de entrada, un guardia armado le pide el permiso de conducir al señor Bujías, y tras comprobarlo nos indica amablemente el camino hacia el museo. Hasta el tío más serio te contesta con una sonrisa de oreja a oreja si te diriges a él en un tono normal. Empezamos a comprobar que es cierto eso que dicen de que todo el mundo es bastante más amable que en España.



Aparcamos junto al F-14 que preside la entrada y cruzamos las puertas. En el lobby nos recibe una estatua de cinco soldados de bronce. Representa los cinco conflictos en los que los soldados Yankees han pegado tiros durante el siglo pasado: la Primera y Segunda Guerras Mundiales, la Guerra de Korea, la de Vietnam y la Primera Tormenta del Desierto.


En el interior, un veterano nos indica el camino para avanzar cronológicamente desde principios del siglo XX entre todo tipo de cacharros voladores, empezando por una réplica del biplano Wright hasta los F-4 de Vietnam. Enormes hidroaviones y una sala con restos de aviones de la Segunda Guerra Mundial rescatados del fondo del mar. Este sitio es alucinante.



Hasta cacharros del enemigo, oiga...



Nos quedamos más rato del que teníamos previsto, así que al salir decidimos que el acorazado de Mobile lo dejaremos para otra ocasión. Cambiamos el conductor, el señor Tuercas conducirá hasta Nueva Orleans.

Comimos por el camino, y estos Twinkies fueron postre. Fuck yeah!

De camino, vemos desde lejos el USS Alabama en Mobile y nos da tiempo a dispararle alguna foto.


Unas millas más allá llenamos el depósito a $3,31, y triunfamos. No la hemos vuelto a ver tan barata de momento.


El GPS nos mete en Nueva Orleans por uno de los barrios que aún no parece haberse recuperado del Katrina. Y acojona. Si el hotel hubiera estado por esta zona, habríamos salido de la ciudad por patas esta misma tarde.


Y no salen los personajes, porque me daba miedo apuntarles con la cámara

Pero no, es increíble como cambia el panorama a través de las ventanillas en menos de una milla. Llegamos a nuestro hotel, y un tío nos aparca el coche, un botones nos descarga el maletero, se parte la caja de la cantidad de bolsas de Doritos que llevamos, y nos sube las maletas a la habitación. Este sitio tiene de todo y nos ha costado 240€, dos noches, los cuatro. ¿Dónde están las cámaras?


Pues fuera coña, las cámaras estaban por allí. Nos enteramos de que Denzel Washington y Mark Wahlberg están rodando una peli en el hotel. Tenemos el lobby lleno de cámaras, micrófonos, focos, pantallas y toda la pesca. Preguntamos el nombre de la película, pero aún no lo tiene.

El hotel tiene piscina en la azotea, en el piso 10, rodeada por los rascacielos del Downtown de Nueva Orleans. Después de tirar un poco de wifi para mandar fotos a familia y colegas, nos enfundamos el bañandor y subimos a refrescar. Cae la noche, pero la temperatura no baja de 35ºC con una humedad bestial. El cielo no ha estado despejado en ningún momento del día, pero eso da igual: hace calor, mucho calor.



Después de darnos una ducha para refrescar (porque la piscina no lo consiguió) salimos a cenar algo y a ver que se cocía en el ambiente nocturno de NOLA. Cenamos en un restaurante de comida cajún donde Grapas y Bujías probaron una hamburguesa de carne de cocodrilo. Por si os quedáis con la duda, la carne de cocodrilo sabe algo más fuerte que el pollo y es algo más dura. Tuercas se pidió judías pintas con arroz y pollo y Barrenos una hamburguesa con pimientos picantes y cebolla rebozados de la que se acordaría al día siguiente. Esta noche la cámara se quedó en el hotel, así que esperad a las fotos hasta mañana.

Después de cenar y despedirnos de Charlie, el camarero, nos fuimos a dar una vuelta por Bourbon St. y ver todo el personajeo que hay por allí. Después de un paseo de ida y vuelta nos fuimos al hotel. Al llegar, a la una de la madrugada, todavía estaban grabando la película en el lobby del hotel y nos tuvieron esperando diez minutos sin poder pasar. Lo que al principio empezó como algo para contar, se estaba empezando a convertir en una tocada de co*****.

Finalmente, tras 10 minutos esperando, nos abren la puerta y caemos dormidos en 4 segundos.

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