domingo, 10 de junio de 2012

GORILAS ON THE 66 (VOL. II)

Retomamos la ruta por el medio oeste, donde las profundas raíces americanas te persiguen en cada curva de la carretera.

Eso, hijo... apunta y dispara. Ese mamarracho del Trailblazer nos está espantando a las vacas. Si, el de la camiseta de Bird.

Desde donde lo hemos dejado (Tucumcari) hasta Santa Rosa tenemos unas 60 millas en las que de nuevo habrá que ir entrando y saliendo de la interestatal para seguir los pasos de la antigua carretera, en este wiki alguien se ha molestado (mucho) en ponernos todos los desvíos al detalle.


Santa Rosa es un pueblo que no llega a 3.000 habitantes, donde puedes parate a ver un museo de coches de la Ruta 66, con algún cacharro interesante (lo encontraremos fácilmente por este hot-rod ahí mangado); y el blue hole, un boquete lleno de agua cristalina al que te puedes tirar con una bombona y bajar a 24m de profundidad. Lo nuestro será un entrar y salir para dejar el polvo del camino y enguarrar un poco el agua.

De cabeza...

A partir de aquí la nueva interestatal se ha construido directamente encima de la antigua carretera, así que no hay mucho que rastrear. Llegamos a uno de los puntos en los que aún no hemos decidido qué camino tomar. Si seguimos por la I-40, nos separarán algo más de 100 millas por la interestatal hasta Albuquerque; si por el contrario decidimos pasar por Santa Fe, estaríamos siguiendo el trazado original de la ruta 66, y nos calzaríamos 160 millas hasta Albuquerque. Supongo que esto dependerá de cómo vayamos de tiempo y la democracia gorilesca tomará la decisión allí mismo.

Sea por donde sea, llegamos a Albuquerque, hogar de Walter White (!), atravesada por el río Grande y la Ruta 66. A pesar de tener más de medio millón de habitantes, me cuesta encontrar sitios en los que tirar media hora además de más restaurantes y típicos moteles con carteles de neón. Nosotros pasaremos mirando por las ventanillas, realmente no sé si pararemos.

El skyline de Albuquerque

Desde Albuquerque hasta Gallup, al lado de la frontera con Arizona, quedan unas 150 millas por carretera. Inciso: no sé si os estáis dando cuenta, pero las distancias que estoy comentando en esta entrada no son como paseítos por el campo. Los tramos de los que hablamos son de 150, 200, 250 Km…  con limitación en la interestatal a 120 Km/h, y las highway patrols detrás de cada arbusto esperando para pillarte a 121. Así que más vale armarse de buena música y dejar un par de chistes buenos sin contar, porque se puede hacer largo.


A lo largo de estas 150 millas, atravesaremos el continental divide, la línea a partir de la que el agua de los ríos va hacia el Pacífico o hacia el Atlántico. No deja de ser otro sitio más donde te tiran la caña con souvenirs porque seguro que alguien pica. Por cierto, he leído que cuanto más cerca de Los Ángeles, más baratos se encuentran los souvenirs de la Route 66. Claro, la gente empieza con el palote puesto y los bolsillos llenos de dólares, de manera que aprovechan para clavarte más por lo mismo. Así que calma.


Como en tramos anteriores, la antigua ruta 66 circula a veces paralela a la interestatal, se separa y atraviesa el centro de los pueblos, o desaparece bajo el nuevo asfalto… hay que ir buscándola con un buen mapa en la mano. El relieve por esta zona de Nuevo Mexico se vuelve más montañoso, de manera que la carretera nos va a obligar a girar el volante de vez en cuando. Increíble.


Por ejemplo, la antigua 66 se separa de la interestatal y entra en Grants. Como tantos otros, este pueblo nació a la sombra del ferrocarril y de la industria maderera (si, por aquí hay montañas y árboles). Cuando todo eso se vino abajo, un pastor aburrido le pegó una patada a una piedra y encontró uranio, por lo que la ciudad vivió un boom de la minería hasta los años 80. Curiosidades frikescas por si nos sobra un rato… junto a la carretera por la que pasamos encontramos un museo de la minería.


Según nos vamos acercando a Gallup, el paisaje por las ventanillas va recordándonos cada vez más al de un western, llevaría muchas líneas enumerar las películas que se han rodado por aquí. Las estrellas como John Wayne o Kirk Douglas se hospedaban en moteles que siguen funcionando junto a la ruta, como el “El Rancho Hotel & Motel”.


En Gallup, un tercio de la población desciende de nativos americanos, si había alguna duda de que estamos en territorio del Western, los teepees surgen a un lado y otro de la carretera…


Aquí daremos el primer “hasta luego” a la Ruta 66, porque la abandonamos hacia el norte, rumbo a Munument Valley, Arches Park, Bryce Canyon, Zion, y el Gran Cañón. Sí, esa especie de herradura absurda que hace nuestra ruta en el medio oeste es justo ahora.


Tres días después, según los cálculos que aventuramos, volveremos a pisar asfalto de la 66, unas 30 millas más allá de Flagstaff. Tenemos por delante 130 millas a través de Arizona, y cada milla a partir de ahora nos mete más en el desierto. La antigua 66 sigue haciendo lo de siempre, a veces desaparece bajo la interestatal y reaparece para atravesar el centro de pueblos como Williams o Ash Fork.


Aquí hay que llenar el depósito, porque pasado Ash Fork tenemos un plato fuerte: se coge la AZ-66 a lo largo de 100 millas, en lo que es uno de los tramos sin interrumpir más largos que se conservan de la antigua ruta, y no hay gasolineras.


Uno de los primeros pueblos que cruzamos es Seligman. Según el director de Cars, los pueblos de esta zona sirvieron de inspiración para crear Radiator Springs, y Seligman tiene detalles inconfundibles.


Más adelante pasamos por lugares como el pueblo fantasma de Hackberry, donde nos encontramos la gasolinera/general store y el Corvette de la foto.

La típica foto que sale si pones Route 66 en el buscador

Y sin ser un Sherlock, uno se pregunta ¿Todo esto está bastante bien cuidado para ser un ghost town, no? Aham…


Saboreando este último tramo, llegamos a Kingman, donde hay que desviarse por la 93 hacia las Vegas. La ciudad del pecado nos espera 200 Km al norte. aquí le diremos hasta luego a la 66, y nos volveremos a ver las caras en su final en Santa Monica.


3 comentarios:

  1. hola.

    llevo un par de dias leyendo este blog, un poco por encima, y me gustaria recomendaros que visiteis "antelope Canyon" en "esa especie de herradura absurda" que traza vuestra ruta. Yo visite esa zona en el 2009 y creedme que "antelope canyon" vale la pena.
    Saludos y buen viaje

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  2. Muchas gracias Daniel. Se lo comentaré al grupo.

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  3. Ok, gracias Daniel. La verdad es que lo teníamos en mente. Pasamos junto a Page, pero con lo pillados de tiempo que vamos a ir, y contando con que esta visita hay que hacerla al ritmo de los indios que te llevan en sus camionetas (no?), no sé cómo vamos a andar...

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