Cuando empecé a escribir sobre la CA-1 sabía que iba a encontrar mucha información, pero nunca pensé que esta carretera tuviera chicha como para llenar tres entradas. Ya ves... me columpié, terminamos con esta tercera entrega la guía de viaje sobre las últimas millas del Coast to Coast.
Retomando la ruta en Cambria,
unas 15 millas hacia el sur aparece Cayucos, un antiguo pueblo de pescadores,
de la mitad de tamaño que Cambria. La carretera lo rodea
por el interior y por lo que voy viendo, tampoco es ningún crimen pasar de largo sin parar.
No muy lejos siguiendo la playa, al
sur de Cayucos aparece Morro Bay, una ciudad de más entidad, presidida por este
enorme pedrusco en la entrada de su puerto, curiosamente conocido como el
Gibraltar del Pacífico.
Delante del puerto se
extiende una estrecha bahía protegida del océano por una lengua de arena de 6
Km; y detrás de él nos encontraremos numerosos restaurantes, tiendas, hoteles…
bueno, un poco de esa civilización que brillaba por su ausencia hace unas
millas.
Tras una parada (aquí sí), volvemos
a tomar la carretera, que ahora se vuelve a separar de la línea de la costa. En
unas 10 millas llegamos a San Luis Obispo, ciudad de 45.000 habitantes y centro
administrativo del condado. Será el momento de llenar el depósito a un precio
normal, y darse una vuelta por Monterey Street, donde encontraremos una antigua
misión española que no hay que perderse, pudo haberla construido alguno de nuestros tataratatarabuelos.
La CA-1 vuelve a
orientarse hacia la costa. La siguiente parada es Pismo Beach, de nuevo otro
pueblo turístico costero. No hay que olvidar que vamos derechos hacia el sur, las temperaturas y las ganas de bañarse van a ir subiendo con cada milla. Pismo
Beach tiene una playa apetecible, con su típico pier de madera...
A la salida de Pismo, la carretera
se bifurca en dos: la 1 y la 101. A partir de aquí conviene desviarse por la
101 porque la CA-1 da un buen rodeo por el interior, pierde la línea de la
costa y se convierte en una carretera del montón. Empezamos entonces un tramo de unos 100 Km lejos del mar, entre
ranchos, suaves colinas y plantaciones. Dejamos atrás ciudades como Santa María
o Nipomo, y podemos entrar en el pequeño pueblo de Los Álamos, con la calle
principal enmarcada a un lado y otro por edificios típicos del far west.
Tras atravesar una zona
de lomas, la 101 vuelve a llegar al mar y se une de nuevo con la CA-1 en
Gaviota State Park. La costa ahora mira hacia el sur en vez de hacia el oeste,
así que las playas son menos salvajes, se puede bajar sin ser Bear Grylls y el mar
está mucho más calmado. De aquí a Santa Bárbara la autopista me recuerda a
tramos de muchos Need for Speed, o no?
El tramo que recorreremos
ahora a través del condado de Santa Barbara se conoce como la Riviera
Americana, por su gran parecido con la Riviera francesa o la italiana. La
capital, a la que llegaremos en breve, es una ciudad de tamaño medio que fue
española hasta anteayer, 1822.
A la ciudad le dan
personalidad los guiños a la arquitectura colonial española; por
ejemplo merecerán nuestra visita la misión Santa Bárbara, conocida como “la
reina de las misiones”, o la sede del condado, ésta de aquí abajo. Después de visitar tanto Burguer cerdo de esos que se montan y
se desmontan en dos días, estos edificios viejunos montados piedra sobre piedra
serán tan extraños a nuestra vista como un gitano gafapasta.
Santa Bárbara Courthouse. A esa torre podemos subir
En Santa Bárbara, el
clima es más suave (mucho más que en San Francisco), así que podremos guardar
las sudaderas mientras damos una vuelta por Stearns Wharf, el pier sobre
la playa (que no falte).
Las millas en soledad ermitaña se habrán terminado definitivamente. La autopista continua
pegada al mar, mientras el tráfico se va haciendo más denso a medida que nos
acercamos a Los Ángeles. En media hora larga llegaremos a Ventura, o San
Buenaventura, de tamaño similar a Santa Bárbara y con el mismo recuerdo en el
ambiente de épocas doradas para la corona española.
También hay paradas de autobús que quieren ser serpientes...
Desde aquí hasta Malibú
la ruta sigue pegada a la costa y ofrece continuos miradores y vista points
sobre el mar. Todo a nuestro alrededor empieza dar señales de la cercanía de la megaurbe
unas millas más allá. Por esta zona, en las montañas de la izquierda, se
esconden los cañones donde los quemadillos de L.A. vienen a darle cera a sus
pepinos en plan need for speed. Hay que informarse, debe haber sitios que son
un auténtico espectáculo gratuito. Para sentarse tranquilamente (a una
distancia prudente) y sacar el bote de palomitas.
Aunque preveo que a estas alturas,
las ganas de ir a hacer el mamarracho a Los Ángeles van a ir por delante… y sin darnos cuenta llegaremos a Malibú, donde te seguimos contando la ruta en esta otra entrada.
Para terminar este triple ladrillo, vamos a dar un par de consejos que nos hemos ido encontrando en
los ocho millones de páginas que hemos tenido que visitar para no escribir
barbaridades.
En primer lugar, lo
siento por el que quiera dormir, en estos dos o tres días tocará madrugar como
si no hubiera mañana. Esto no es Las Vegas, de noche no hay nada que ver. Aquí
en agosto amanece a las 6:30 y el sol se pone antes de las 19:50, hay que
exprimir estas 13 horas de luz hasta la última gota. El "frsss frssss proooooo buenos-días-macho" va a doler.
Uno de los problemas que
más se repiten en las críticas es que la carretera está plagada de domingueros
tortuguiles o caravanas de moteros de paseo, que taponan el único carril
mientras la doble línea amarilla te prohíbe adelantar.
Aunque para todo problema
siempre hay una solución, legal o no: la presencia de las Highway Patrols en
esta carretera es casi nula, de manera que hay gente que anima a "hacer una interpretación personal" de la línea continua. Ojo, esto es un consejo que
he leído por ahí en algún sitio que no recuerdo, nosotros por supuesto no vamos
a cometer ninguna tropelía. Si hay que ir 3 horas detrás de un abuelo al
volante de su AMC Gremlin tirando de una caravana , pues se va…
El tema de la gasolina es
importante. Salvo que te guste tirar el dinero, llena hasta
arriba el depósito en Santa Cruz o Monterey. La gasolina en el resto de paradas
intermedias de la ruta puede ser en torno a $1 más cara.
Aunque el precio está bajando, ni en el mejor de nuestros sueños pillamos estos precios...
Por último, hay que tener
en cuenta que no hay cobertura de teléfono en muchas secciones de la carretera.
Espero que ninguno de nosotros vayamos colgados del móvil, pero en este blog
nos debemos a nuestros lectores y quién sabe, igual le salvamos el culo a
alguien que pensaba ir guiándose por los mapas en su flamante smartphone.
Como curiosidad, he leído muchas
referencias a las ballenas azules, jorobadas, orcas… y demás mamíferos marinos
que pasan muy cerca de la costa en sus migraciones y que se ven a simple vista por
la ventanilla. Sin embargo, agosto no es el momento, mala suerte... así que habrá
que conformarse con los nativos y nativas que veamos en las playas del sur del estado. Qué bien sienta terminar con una cebada gratis.
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