En
esta entrada hablaremos (bueno, hablaremos y más que nada veremos fotos) de otra de esas
carreteras que enriquecen tu álbum de fotos del viaje haciendo que merezca la
pena ponerse detrás del volante y conducir durante horas para llegar a ellas.
Sin embargo, poco o nada tiene que ver con la Overseas Highway
de unos días atrás, ya iremos viendo por qué.
Hablamos
del Paso de Tioga. Siempre me ha molado lo del “el paso de…”: el paso de
Stelvio, el paso de las Termópilas, el paso del Cuerno Rojo… a todos los envuelve
un aura de frikismo, bien sea automovilístico, o frikismo friki auténtico del
de toda la vida que encaja muy bien con el ADN de nuestro viaje.
El
Paso de Tioga es el más alto de California. Discurre a través de las rocas y
bosques de Sierra Nevada, y es el acceso por el este al parque de Yosemite (el
menos masificado). Marcado en el mapa como la State Route 120, al
paso se accede dejando la
CA-395 hacia el oeste, a la altura de Lee Vining, junto al
Mono Lake. Por aquí aún llevaremos el polvo de Death Valley sobre los cristales
del coche, y el cuerpo ya nos pedirá cambiar el paisaje.
La
carreta se comenzó a construir en 1883 desde el lado oeste, sobre el trazado de
un sendero indio, para hacer llegar las carretas a una mina de plata en la
cordillera. Posteriormente, en 1902 comenzaron las obras desde el otro lado en
Lee Vining, que se completaron 8 años más tarde. En 1915 se abrió el paso a los
coches, aunque seguía siendo una apestosa pista de polvo y tierra (como la
mayoría de las carreteras del mundo por esa fecha). Ya en 1937 se decidieron a
pavimentarla, y en 1961 le dieron un lavado de cara con un nuevo trazado que
parece ya es el que recorreremos nosotros.
Como
en todos los pasos de montaña, hay que subir, coronar y bajar. Al principio la
ruta serpentea por el Tioga Canyon, forzando a la carretera a picar para arriba
de una forma bestial. En un puñado de millas nos va a poner a 3.031 m sobre el nivel del
mar, de manera que a nadie le extrañe el cartel de “Closed at winters”.
Si, el
paso permanece completamente cerrado desde que cae la primera nevada a finales
de Octubre hasta casi junio. Incluso en julio es bastante normal conducir
rodeado de nieve en las cunetas. Tres mil y pico metros no es ninguna broma.
Ahora que lo pienso, tiene su coña... si cumplimos los planes, por Tioga pasaremos en el día 16, y el día
15 habremos estado en Badwater. Son los puntos a menor y mayor altitud del
Coast to Coast. Nuestros culos cómodamente sentados superarán un desnivel de 3.117 m en un día.
A alguien se le van a taponar los oídos
Curiosidad
cientifrikesca, esperamos que a 3.000 metros la potencia del motor de nuestro
motonabo polvoriento pueda reducirse hasta en un tercio, aumentando el consumo
en un par de litros a los 100. ¿Y esta broma? Se debe a que hay mucho menos
oxígeno que a nivel del mar y la inyección no tiene ni idea de qué coño está
pasando ahí fuera. Como seguramente no tendremos turbo, incluso lo notaremos
más. Así que nada, calma con el gas que no está averiándose nada.
Hace
una semana, en la parte alta del paso se acumulaba casi un metro de nieve, con
temperaturas mínimas de -12ºC .
La web del parque presenta esta foto, y dice que acaban de caer otras 10 pulgadas de nieve.
Para
cuando rodemos a través del paso, la cosa probablemente haya cambiado. Podemos
esperar temperaturas en torno a 25ºC
a mediodía, aunque no os confiéis, porque por las noches puede seguir haciendo
más frío que en la comunión del Yeti.
Una
vez dejado atrás el Cañon de Tioga, ya en la parte alta del paso, las pendientes
se suavizan y entramos en una bucólica pradera de esas de cuadro de motel
barato. Aquí en Tuolumne Meadows, además de este fabuloso entorno rodeado de
picos de más de 4.000 m ,
tendremos el típico centro de visitantes con su típico restaurante y demás
típicas chorradas.
Dejando
atrás Tuolumne, pasaremos junto al Tenaya Lake, bordeado por rocas
cuidadosamente pulidas por glaciares. El reto mamarracho del día será darse el
baño más alto de nuestras vidas gorilescas – o por lo menos del Coast to
Coast-. Y digo reto porque seguro que la temperatura del agua convertirá
nuestros trabucos ibéricos en acordeones vietnamitas.
Al fondo Yosemite, y el Half Dome
Desde
aquí ya sólo nos queda bajar por la Tioga Road , saboreando una vez más este entorno,
y buscar alguno de los miles de osos que campan a sus anchas por aquí. Y cuando
digo miles, no me estoy tirando el moco. Hay tantos que encontraremos
advertencias en cada esquina del parque sobre lo que hacer si se te cruza
alguno en el camino. Cuidadito con ellos, que cada año se cepillan a algún
turista que se toma demasiadas licencias iluminado por el oso Yogui.
Al
final en la parte baja nos juntaremos con la masa, y entraremos a dar una
vuelta por Yosemite, ya por zonas más civilizadas. La otra cara de California
nos espera, desde aquí hasta San Francisco nos separarán menos de 300 Km .
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