Exactamente,
nos quedan menos de quince días para llamar a un taxi, meter el equipaje en el
maletero y decirle al chófer: "jefe, al aeropuerto", en lo que serán los
primeros de los veintipicomil kilómetros que nos esperan.
Como iréis
viendo, lo primero de todo es que a partir de ahora el blog deja de ser una
guía de viajes informativa y lo convertiremos en lo que debe ser: un buen
cuaderno de viaje. Intentaremos ir contando cada día las millas que pasarán por la ventanilla, los personajes que se crucen en el camino gorilesco, y las historias
que pasen sobre la línea amarilla. Lo utilizaremos a modo de teléfono
lowcost, porque como le demos mucha cera al móvil incrementaremos los beneficios de
telefónica en un 860% durante agosto. Y no, ayer me bajaron el sueldo y estoy indignado.
Al lío, lo importante: la documentación. Ya están hechos los cuatro ESTA. Previo pago de $14 por
barba, el tío Sam nos ha dado el visto bueno para embarcarnos en un avión rumbo
a la Florida. Bien, otra cosa tachada de la lista.
Por otro
lado, los permisos internacionales: el Señor Barrenos y éste que escribe ya
hemos pasado por ventanilla. Tras haber abonado casi 10€, nos han sellado un
cartón añejo cual pasaje de embarque en el Titanic, y de un tamaño suficiente
para echarse a dormir debajo de un puente, donde dice que sí, que yes, que we can
drive on your roads.
Recientemente
hemos encontrado un hotel-chollopremio en Nueva Orleans, donde por poco más de
60€ cada uno dormiremos dos noches a todo tren, y a cuatro calles de Bourbon
Street. Sólo queda moverse un poco y solucionar el tema en San Francisco, ya
sabéis que el resto de noches vamos a la aventura (con unas buenas listas de
alojamientos bajo el brazo, pero a la aventura).
En el tema
económico: estamos jodidos, muy jodidos. El euro lleva unos meses arrastrándose de pájara y
no levanta cabeza. Hoy acaricia el mínimo cambio de los últimos 6 o 7 años, y
ya no tiene mucha pinta de remontar el vuelo en las 2 semanas que quedan.
Desde abril estás que lo rompes, macho...
Por otro lado, nuestros bancos nos cobran un amigable 2% de cargo en cada compra en que tiremos de tarjeta; y para colmo, nuestra única alegría, el buen ritmo que llevaba el precio del galón de gasolina, ya no es tan bueno y empieza a ponerse cuesta arriba... magnífico. Nos veo haciendo eco-driving con nuestro V8.
Pequeñas menudeces de última hora nos esperan con largas discusiones. Me refiero al equipaje. Como ya sugeríamos en anteriores entradas, no vamos a ir con tres semanas de ropa limpia encima, porque habría que alquilar un remolque y sherpas en cada motel. Sabemos que acarrear poco equipaje nos va a facilitar cada día y que 3, 4 o 5 coladas habrá que hacer. Pero en un viaje en el que pasaremos de los 31ºC caribeños de Miami a los 50ºC de Death Valley y de ahí a las noches de 11-12ºC de San Francisco, hay que darle unas cuantas vueltas al tema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario