lunes, 12 de marzo de 2012

POR UN PUÑADO DE DÓLARES

A 140 días (sí, cuatro meses y pico) de partir viento en popa a toda vela, y de dejar la cuenta corriente tiritando, llega el momento de ver el agujero que va a dejar esta broma de tres semanas en nuestro bolsillo. Me explico, tampoco es que vayamos a anular el Coast to Coast porque el dólar suba un 10% o el galón se nos ponga a más de $4, pero interesa saber por dónde pueden ir los tiros antes de bajar la escalerilla del avión y poner el pie en Miami. El hecho de que todos los factores que vamos a ver a continuación nos sonrían, o por el contrario, nos den la espalda, puede suponer hasta 800 euros de diferencia de presupuesto por barba, y esto ya no son tonterías.


En primer lugar revisamos el cambio €-$, que lleva un par de meses poniéndose cuesta arriba. Y es que durante gran parte del año pasado superamos 1,4 dólares por euro, aunque ahora acabamos de superar un bajón y estamos a poco más de 1,3. Os dejo la gráfica para que los gurús de la economía puedan prever lo que nos vamos a encontrar en agosto.



Aquí la diferencia entre viajar con el euro a 1,2 dólares (mediados de 2010) o hacerlo con el cambio a 1,5 como estaba hace 6 o 7 meses puede suponer entre 500 y 700 € a añadir (o restar según como se mire) en los presupuestos totales que manejamos por barba. Vamos, ninguna broma. Ahora mismo estamos en el medio de esos dos extremos, creedme que me gustaría, pero no tengo ni idea de hacia dónde va a ir la gráfica dentro de 4 meses.

Otra variable que nos puede dar alguna sorpresa es el precio del galón de gasolina. Normalmente cuando la gente se va de viaje a USA, esto se mira por encima, te hace gracia que todo se mida en galones, y que los consumos se calculen a la inversa en millas por galón… bien, pues a nosotros no nos da tanto igual. Porque para movernos en un motonabo tragón a través de cinco mil millas de carreteras yanquis vamos a quemar mucha gasolina.




Echando un cálculo rápido, vamos a suponer que alquilamos un Grand Cherokee 2011 de 290cv (el 6 cilindros de 3,6 litros). Este pequeño utilitario consume 16 l/100 por ciudad y unos 9 por carretera.




Es cierto que haremos la gran mayoría de nuestras millas por carretera, pero los 9 no los lograremos ni en sueños. Con el coche bastante cargado, circulando en agosto a través de llanuras ardientes (lo que significa aire acondicionado a tope), y tirando de todos los cachivaches electrónicos sin parar, creo que el consumo medio puede estar en torno a 12 l/100Km. Para 8000 Km son 960 litros de gasofa… ponle 1000, unos 270 galones. Vamos a mirar la gráfica histórica del precio del galón en los últimos 5 años: en azul, la gasolina; en rojo el barril de Texas.



¿Y qué vemos aquí? Pues que las cosas están jodidas, la línea azul roza hoy los máximos históricos, imagino que por la tensión con los iraníes, las amenazas de bloqueo del golfo de Ormuz, el embargo de países europeos y demás rollos. Me parece que sobre esto tenemos poca capacidad de influencia, y como además echarle bourbon al coche sigue siendo más caro, no hay otra que pasar por caja.



Creo que va a ser imposible que pillemos un mínimo como el de principios de 2009, con el galón a $1.61, así que situamos nuestras mejores previsiones en encontrarlo en torno a $2.70-2.80 y las peores en verlo marcando nuevos máximos históricos por encima de $4 por galón.

La cosa puede variar entre la mejor combinación (dólar débil y galón barato), en la que pagaríamos 45-50 céntimos de € por litro, y la peor de todas (dólar fuerte, los iraníes tocando la minga y el galón por las nubes) en la que podríamos llegar a 90 céntimos por litro. La diferencia está clara: es el doble. Dividiendo entre los cuatro, este aspecto llegaría a pesar unos 120€ más o menos en el bolsillo de cada uno.

Por otro lado, si miramos el mapa de precios por estado, encontramos que en cada condado vamos a llenar el depósito a un precio diferente. Empezaremos con gasolina bastante cara en Miami, algo menos en el resto de Florida, y desde aquí ir encontrándonos gasolineras cada vez más baratas a lo largo de la ruta hasta Nevada. Para terminar, en California nos van a crujir vilmente: pagaremos precios por galón en torno a un dólar superiores a los de Utah, por ejemplo.



Luego están los alojamientos y las comidas. La mayoría de las noches serán en moteles de carretera, así que para hacerme una idea, he metido una fecha de mediados de agosto para un motel medio en mitad de la ruta, el Super8 de Amarillo, Texas. Tenemos que la habitación para los 4 con desayuno incluido sale por $80, esto está muy bien. Suponiendo que no en todos los sitios tengan habitaciones dobles con cama doble, así que lo subimos un poco. De manera que, tirando por lo alto, nos podemos hacer la idea de que a lo largo de un día “de los de rodar”, en dormir y comer gastaremos una media de $60-65, caprichos, souvenirs y pijadas aparte. Sale un número muy redondo si estos 50€ los multiplicamos por las 20 noches que pretendemos estar tirados sobre la línea amarilla.

Otro tema que nos puede dar la sorpresa son los vuelos, llevamos siguiendo precios y sus tendencias unos cuantos meses, y algo podemos prever sobre el tema.




Aquí encima tenéis la evolución desde octubre de los precios del vuelo Madrid-Miami con salida a mediados de febrero. En rojo el precio diario, en azul el precio medio acumulado hasta ese día y en verde (la que hay que mirar) la línea con la tendencia del precio

Sacarse los billetes en cuanto empiezan a estar disponibles -esto es: un año antes del vuelo- suele ser un error. Saben que pueden clavar al que ha decidido con mucha antelación su viaje y busca asegurarse la plaza, de manera que los precios al principio no son nada baratos, luego sí que tienden a bajar hasta 3 o 4 meses antes de la salida, marcan su mínimo por aquí y desde entonces vuelven a subir, y alcanzan los precios máximos la semana antes del vuelo. Lo interesante es que la forma de las gráficas es la misma pongas la salida cuando la pongas, aunque los precios suben, claro. No es lo mismo volar en febrero que hacerlo en agosto.

¿La previsión para el verano? Esto es lo que nos importa, ahora aún estamos bajando antes del mínimo, al que esperamos llegar en las próximas semanas. Con las matemáticas en la mano, habrá que comprar cuando el billete baje un 15% respecto a los ochocientos y pico euros que cuesta ahora. Y por salud mental, no volver a abrir un buscador de vuelos hasta que volvamos.



El vuelo interno para volver desde Los Ángeles hasta Miami ronda los 100€, directo y con varias compañías diferentes a lo largo del día, así que me parece demasiado flipadillo ponernos a seguir la evolución de sus precios para ahorrarnos 15 miserables dólares, pero si alguien quiere ponerse será bienvenido, desde luego.

La última variable es el alquiler del coche, que merecerá una entrada aparte, porque con lo freaks que somos, esta decisión no responde a una fórmula matemática ni a una evolución controlada de precios, con sus gráficos y demás, no. El coche será nuestro quinto compañero del viaje y no sólo vamos a valorar dólares a la hora de escogerlo.

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