sábado, 21 de abril de 2012

EL PASO DE TIOGA

En esta entrada hablaremos (bueno, hablaremos y más que nada veremos fotos) de otra de esas carreteras que enriquecen tu álbum de fotos del viaje haciendo que merezca la pena ponerse detrás del volante y conducir durante horas para llegar a ellas. Sin embargo, poco o nada tiene que ver con la Overseas Highway de unos días atrás, ya iremos viendo por qué.


Hablamos del Paso de Tioga. Siempre me ha molado lo del “el paso de…”: el paso de Stelvio, el paso de las Termópilas, el paso del Cuerno Rojo… a todos los envuelve un aura de frikismo, bien sea automovilístico, o frikismo friki auténtico del de toda la vida que encaja muy bien con el ADN de nuestro viaje.


El Paso de Tioga es el más alto de California. Discurre a través de las rocas y bosques de Sierra Nevada, y es el acceso por el este al parque de Yosemite (el menos masificado). Marcado en el mapa como la State Route 120, al paso se accede dejando la CA-395 hacia el oeste, a la altura de Lee Vining, junto al Mono Lake. Por aquí aún llevaremos el polvo de Death Valley sobre los cristales del coche, y el cuerpo ya nos pedirá cambiar el paisaje.


La carreta se comenzó a construir en 1883 desde el lado oeste, sobre el trazado de un sendero indio, para hacer llegar las carretas a una mina de plata en la cordillera. Posteriormente, en 1902 comenzaron las obras desde el otro lado en Lee Vining, que se completaron 8 años más tarde. En 1915 se abrió el paso a los coches, aunque seguía siendo una apestosa pista de polvo y tierra (como la mayoría de las carreteras del mundo por esa fecha). Ya en 1937 se decidieron a pavimentarla, y en 1961 le dieron un lavado de cara con un nuevo trazado que parece ya es el que recorreremos nosotros.


Como en todos los pasos de montaña, hay que subir, coronar y bajar. Al principio la ruta serpentea por el Tioga Canyon, forzando a la carretera a picar para arriba de una forma bestial. En un puñado de millas nos va a poner a 3.031 m sobre el nivel del mar, de manera que a nadie le extrañe el cartel de “Closed at winters”.


Si, el paso permanece completamente cerrado desde que cae la primera nevada a finales de Octubre hasta casi junio. Incluso en julio es bastante normal conducir rodeado de nieve en las cunetas. Tres mil y pico metros no es ninguna broma.


Ahora que lo pienso, tiene su coña... si cumplimos los planes, por Tioga pasaremos en el día 16, y el día 15 habremos estado en Badwater. Son los puntos a menor y mayor altitud del Coast to Coast. Nuestros culos cómodamente sentados superarán un desnivel de 3.117 m en un día.

A alguien se le van a taponar los oídos


Curiosidad cientifrikesca, esperamos que a 3.000 metros la potencia del motor de nuestro motonabo polvoriento pueda reducirse hasta en un tercio, aumentando el consumo en un par de litros a los 100. ¿Y esta broma? Se debe a que hay mucho menos oxígeno que a nivel del mar y la inyección no tiene ni idea de qué coño está pasando ahí fuera. Como seguramente no tendremos turbo, incluso lo notaremos más. Así que nada, calma con el gas que no está averiándose nada.


Hace una semana, en la parte alta del paso se acumulaba casi un metro de nieve, con temperaturas mínimas de -12ºC. La web del parque presenta esta foto, y dice que acaban de caer otras 10 pulgadas de nieve.


Para cuando rodemos a través del paso, la cosa probablemente haya cambiado. Podemos esperar temperaturas en torno a 25ºC a mediodía, aunque no os confiéis, porque por las noches puede seguir haciendo más frío que en la comunión del Yeti.


Una vez dejado atrás el Cañon de Tioga, ya en la parte alta del paso, las pendientes se suavizan y entramos en una bucólica pradera de esas de cuadro de motel barato. Aquí en Tuolumne Meadows, además de este fabuloso entorno rodeado de picos de más de 4.000 m, tendremos el típico centro de visitantes con su típico restaurante y demás típicas chorradas.


Dejando atrás Tuolumne, pasaremos junto al Tenaya Lake, bordeado por rocas cuidadosamente pulidas por glaciares. El reto mamarracho del día será darse el baño más alto de nuestras vidas gorilescas – o por lo menos del Coast to Coast-. Y digo reto porque seguro que la temperatura del agua convertirá nuestros trabucos ibéricos en acordeones vietnamitas.


Más adelante, en Olmsted Point, la carretera ofrece unas vistas majestuosas de la Half Dome y de Yosemite desde un ángulo privilegiado, distinto al que percibe la masa de los visitantes que entran al parque desde el oeste. Y es que muchas opiniones que he leído describen la carretera como incluso más impresionante que el propio parque.

Al fondo Yosemite, y el Half Dome

Desde aquí ya sólo nos queda bajar por la Tioga Road, saboreando una vez más este entorno, y buscar alguno de los miles de osos que campan a sus anchas por aquí. Y cuando digo miles, no me estoy tirando el moco. Hay tantos que encontraremos advertencias en cada esquina del parque sobre lo que hacer si se te cruza alguno en el camino. Cuidadito con ellos, que cada año se cepillan a algún turista que se toma demasiadas licencias iluminado por el oso Yogui.

Al final en la parte baja nos juntaremos con la masa, y entraremos a dar una vuelta por Yosemite, ya por zonas más civilizadas. La otra cara de California nos espera, desde aquí hasta San Francisco nos separarán menos de 300 Km.


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