miércoles, 28 de marzo de 2012

INMERSIÓN LOCAL (PARTE II)

Empieza a hacer bueno en nuestra "Piel de Toro", sentarse detrás de la pantalla del ordenata es cada vez más difícil, no porque las ganas de escribir se difuminen...sino porque los amigos lian a uno a hacer planes diversos y variados siempre alejados del ordenador y del blog...pero ¡no pasa nada!, aquí estamos otra vez... 


Nos habíamos quedado escapando de las negras gordas pinchando alfileres a nuestros muñecos vudú. Seguimos avanzando por una autopista de Louisiana hacia el occidente, hacia Texas. Pronto nos reciben las bombas de extracción de petroleo y las vacas que pastan tranquilamente en los prados sin saber que en 2 dias van a acabar en el sobredimensionado tracto intestinal de un obeso mórbido de las afueras de Austin.

¿ese Mc Flurry es pa mi también?

¿Cuál es el principal problema de Texas? (siempre obviando a Walker-Chuck Norris, que es problema y solución de todos los males). Pues principalmente los grandes rancheros texanos del petróleo y los sheriffs de los condados.

Los primeros, los rancheros texanos se identifican fácilmente. Si te los encuentras en la carretera normalmente van a los mandos de un gran Cadillac descapotable de las últimas décadas del siglo pasado. En el capó llevan un cráneo vacuno con su correspondiente cornamenta de rigor con 5** EuroNCAP, mientras que en el maletero llevan el cadaver de algún activista medioambiental que le ha descubierto el "bacalao" de su atentado ecológico (normalmente residuos nucleares).


Si nos encontramos a los rancheros texanos en un Bar, Dinner o Breakfast, le reconoceremos por su indumentaria especial que paso a detallar a continuación: las botas, de punta y de piel de reptil (si está en peligro de extinción mejor), los pantalones blancos, ajustados y bien subidos, siempre con el percal masculino todo hacia un lado, que se note, la camisa siempre tiene que ser blanca o negra, nada de concesiones al color. Es importante cerrar la camisa hasta el último botón y decorarla con una corbata-cordaje con un sello de oro. Sobra mencionar el sombrero a juego con el resto de ropa. Cuanto más claro sea el traje, más "pez gordo" será el ranchero. De eso sabía mucho Burt Reynolds.


La otra cara de la moneda son los sheriffs. Normalmente suelen estar comprados por los rancheros, de ahí su problemática. Son menos peligrosos que sus jefes pues SIEMPRE padecen obesidad, conducen muy mal y suelen estar comiendo en el momento de la acción. Aun así, mucho ojo con ellos...que no van descalzos...

Todo esto no supondrá mayor problema con nuestros sombreros texanos y nuestras gafas de Elvis, sin duda pareceremos oriundos de Houston, sobre todo el Señor Tuercas con ese tupé que acostumbra a llevar...

Al salir de Texas dirección Utah nos encontraremos con nuestros grandes amigos los moteros pañueleros, que vendrán desde Chicago dirección Los Ángeles. Si tenemos suerte de adelantar a alguno seguro que se llevan algún calvo desde la ventanilla de nuestro SUV. Mientras tanto, y dedicado a todos aquellos duros y terroríficos moteros pañueleros de Murcia, Jaen, Vigo o Huesca, un temazo y unas cuantas ideas para vuestra indumentaria auténtica.


Ah! y un consejo, si véis que viene un SUV detrás con cuatro gorilas dentro, bajad la pantalla del casco, es posible que algo caliente y desagradable os manche la visera...
Los moteros pañueleros habrán tomado ruta hacia la puesta de sol. Nosotros sin embargo tomaremos ruta hacia Utah. Allí nos cansaremos de ver hippies trastornaos con caravanas destruidas intentando encontrar el camino de su vida mientras se dedican a romperse huesos practicando deportes de riesgo. Esta gente no resulta problemática, son folklóricos de la vida que no hacen daño a nadie, pero bueno, tendremos que dejarles buen recuerdo del spanish lifestyle con los coches de alquiler en las explanadas de tierra de Monument Valley...

 John, cagonROSS!!¿¿qué es esa nube de polvo que se acerca por el fondo?

 Trastornaos de este calibre abundan en Utah

Salimos de Utah, apedreados por los escaladores perroflautas y nos dirigimos raudos y veloces a la ciudad de las luces, a Las Vegas. Es probable que aquí nos encontremos con algún redneck de vacaciones. Aquí se identifica muy fácil a los turistas, ya que, al igual que en España, utilizan camisas de manga corta con alegorías vegetales estampadas y sandalias con calcetines.


Estos turistas no miden sus vacaciones en Las Vegas en días, sino en dólares. Es por ello que, cuando se van de su casa no dicen: "me voy de vacaciones a Las Vegas durante 5 días" sino que utilizan la fórmula "me voy de vacaciones a Las Vegas hasta que joda estos $4000". Cuanto más entretenimiento y espectáculo, menos días de vacaciones, mientras que cuanta más piscina y buffet libre, más días...tan sencillo como eso.

No nos podemos olvidar de los geniales Elvis que pululan por allí. Si es verdad que Elvis sigue vivo, seguro que está paseando por el Strip y partiéndose el ogete de los imitadores que por allí se pueden ver. Para muestra, dos botones por el precio de uno:

"we can go on togetheeeer, with a bocataaaa"


Salgamos ya de Las Vegas. Vayámonos de una vez dirección California a quitarnos la polvareda después de muchos miles de kilómetros sin ver el mar. Pronto aparecerá ante nuestros ojos el Pacífico bañando la ciudad de San Francisco.

 

San Francisco es (como muchos sabréis piratillas) la ciudad gay por excelencia. Por lo tanto no será de extrañar ver locuelas disfrazadas por la calle. Será entonces cuando debamos sacar del fondo del maletero del SUV nuestros grandiosos sombreros texanos y gafas de Elvis al más puro estilo Cowboy de Medianoche. Seguro que no desentonamos entre la población local.
 
máxima vigorexia y pirateo, el paraiso del Señor Tuercas

Como podéis ver, nuestros físicos privilegiados volverán a jugar en nuestro favor a la hora de conseguir la tan ansiada inmersión local que buscamos.

Abandonemos pues San Francisco, para seguir costeando por la CA-1. Pongamos el capó del bicharraco rumbo al sur. Nuestra última parada será Los Ángeles.

negratas, autopistas, SUVs...yeah! this is LA man!!

¿Queréis estereotipos? Muy bien. Nuestra última parada es un jodido estereotipo en sí misma. Entraremos por una de las grandiosas autopistas de chorrocientos carriles, con nuestro coche negrata, dejando guettos de niggers a los dos lados de la carretera.

GPS: -"...a 100 metros, gire a la derecha..."

Una cosa está clara, los niggers son muy graciosos y unas risas desde España. Nos partimos el culo jugando con CJ en el San Andreas tirándole desde el helicóptero con el paracaidas y viendo las imágenes de Forocoches con los negratas comiendo en el KFC, pero...ahí, como diría el Cigala "la cosa cambia" y es que hasta el más tonto va armado con un AK47 o un subfusil de asalto. Las risas las dejaremos para la vuelta y las fotos las haremos con cuidado...queremos devolver el coche intacto sin balazos.


Si conseguimos salir vivos de Los Ángeles, volver sanos y salvos, y ver a toda esta fauna de personajazos durante nuestro viaje, tened por seguro que me encargaré personalmente de hacer una post-entrada en este blog que se llame "Inmersión Local vol.2" en la que veáis esto mismo pero con fotos propias. Y es que nuestra infancia y juventud se ha visto marcada por estereotipos yankees...tenemos que ¡¡¡IR, BUSCARLOS y ENCONTRARLOS!!!




martes, 20 de marzo de 2012

INMERSIÓN LOCAL (PARTE I)

Estamos a 19 de marzo. Faltan menos de 5 meses para que cojamos un avión que todavía no tenemos decidido, a una hora de la que no tenemos ni idea y hagamos escala (o no) en un aeropuerto desconocido hasta llegar a las bonitas playas de la Florida. La gente nos empieza a preguntar, ¿lo tenéis todo planeado? Nuestra respuesta es clara y concisa. NO. Seguimos con nuestras divagaciones, ilusiones e imaginaciones. Y de ello trata la entrada de hoy.

El señor Bujías ya tiene mirado el modelo de avión y todo...

¿Quién nos recibirá en el aeropuerto de Miami o al entrar en un peaje por la ronda sur de Dallas? ¿Cómo será el gasolinero que nos llene el depósito del coche en Mobile (AL) o la camarera de la caferería que nos sirva el desayuno Santa Cruz (CA)?. En esta entrada vamos a tirar un poco de topicazos para tratar de descifrar de una manera gilipollas y totalmente carente de veracidad quienes serán nuestros anfitriones en los distintos estados/ciudades por los que pasemos.

Un bonito fondo musical mientras lees el blog...

Antes de empezar, me gustaría informar a ese lector que tenemos al otro lado del charco, sentado detrás de la pantalla de su Apple y bebiéndose una Cherry Coke de chorrocientas calorias, de lo siguiente: sí, así es como os vemos desde Europa...no podéis hacer nada por cambiarlo. Para nosotros seguiréis siguendo unos comedores compulsivos de hamburguesas, gastones y que os da exactamente igual el protocolo de Kyoto o el ahorro energético...aun así, os queremos tal y como sois.



Bueno, vayamos al tema que nos ocupa que me voy por las ramas. En primer lugar, llegaremos a Miami. Como ya vimos en la entrada referente a esta ciudad, el 30% de la población de la ciudad son camareros mazaos y mujeres pegadas a trozos de silicona. Es en estos ambientes donde mejor nos desenvolveremos los gorilas, ya que llevamos varios años preparando este viaje a base de creatina y ciclos en el gimnasio. De hecho, se rumorea que el señor Tuercas se hizo acoplar una pantalla de rayos UVA encima de la cama nido que tiene en Valladolid para no perder el bronceado ni un solo dia...

Los mazaos miamiescos juegan a deportes estúpidos en los que pueden lucir sus músculos, tales como tirarse bolas de arena o pasarse una pelota de tenis. Sudan leche de coco y, al igual que sus congéneres femeninos, les encanta estar tumbados en la playa con los antebrazos apoyados para realzar abdominales y de paso ver qué se cuece en South Beach. No eres nadie si no vistes de Dsquared o D&G...así que gorilas, asumid vuestra derrota con la camiseta Ferrys y la gorra de Municipalia 86...aquí estáis peleando contra primeras marcas...

ole ole...chacho!! los tatoos y las gorras torcidas!!

como una olaaaa tu amor llegó a mi vida!!

Si el 30% de la población de Miami corresponde a los camareros mazaos...¿quién está detrás de la barra aparte de nosotros 4? ¿quién representa el otro 70%? Muy bien!! Habéis acertado: los viejunos.



Los viejunos forman la mayor parte del ecosistema caribeño de los Estados Unidos. Al pasar de los 80 años emigran al sur atraidos por la temperatura, los ritmos caribeños y las clases de aqua-gym en las piscinas. Hay que tener mucho cuidado puesto que, en cualquier cola de cualquier tienda de Miami, si no andas un poco espabilado, nunca jamás llegará tu turno...serás rebasado constantemente por viejas supuestamente despistadas que te adelantarán mirando hacia otro lado como si de un Red Bull Racing se tratase.


clásica escena que no entiende de edades...

Los viejunos de Miami también resultan peligrosos detrás de los volantes de sus coches. Su falta de agudeza visual, mala memoria y pasotismo al volante supondrán otro reto a la hora de intentar salir de los Cayos...

Me cago en la p*** de oros p**** españoles, quitad ese SUV de mie*** de delante de mi Chevy Malibu

Avancemos hacia el norte. Vamos dejando atrás la silicona y las arrugas y nos empezamos a adentrar en las zonas pantanosas de los estados sureños de Alabama y Lousiana. Poco a poco empezamos a ver cómo la gente se sorprende de nuestra presencia y les resulta gracioso nuestro extraño acento. Los músculos tatuados se van convirtiendo en petos tejanos y ausencia de piezas dentales...

Paramos a repostar en una gasolinera en Mobile (Alabama) y vemos cómo en el surtidor de al lado hay un joven llenando el tanque de una pick-up ochentera. En el interior del vehículo se encuentra su mujer, con la que guarda un curioso y sospechoso parecido. En el centro del asiento hay tres niños y en la caja 2 fardos de paja y diversas herramientas de labranza. Si, estamos en el Deep South y este es su inquilino prototipo.

Ojo al niño redneck con cara de "WTF?"


Para los de la LOGSE (yo lo soy): "Todo lo que haya necesitado saber sobre el Islam lo aprendí el 11S"

El redneck es feliz con su estilo de vida. Con sus armas, su ropa de camuflaje y su música country. De vacaciones le gusta ir a Las Vegas a gastar lo poco que ha ganado vendiendo ganado y es un apasionado de algunos "deportes" del motor como las carreras de Big Foot, los Destruction Derby. No le provoques y no te provocará. No le bajes el volumen de su temazo favorito, ni le robes a su chica en el baile del pueblo...


Marty McFly aprueba la temática del blog...

Cojamos el coche y sigamos nuestro camino por el Deep South. Lo próximo que encontraremos será la hermosa ciudad de Nueva Orleans. Al hablar de Nueva Orleans, a todos se nos viene a la cabeza una calle larga llena de afroamericanos en la que la gente toca la armónica mientras contemplamos locales en los que se destripan pollos y gordas inmundas realizan rituales vudú...

Un vendedor de cupones de Nueva Orleans cantando el waka-waka

A los más frikis Nueva Orleans les recordará las andanzas de Guybrush y su pollo de goma con una polea en el Monkey Island I.

Guybrush Threepwood ya estuvo en Nueva Orleans

Tras abandonar Nueva Orleans y su santería, si no hemos muerto al haber sido acuchillados nuestros muñecos vudú, nos dirigiremos a Texas, pero esto ya lo veremos en la siguiente entrada.

lunes, 12 de marzo de 2012

POR UN PUÑADO DE DÓLARES

A 140 días (sí, cuatro meses y pico) de partir viento en popa a toda vela, y de dejar la cuenta corriente tiritando, llega el momento de ver el agujero que va a dejar esta broma de tres semanas en nuestro bolsillo. Me explico, tampoco es que vayamos a anular el Coast to Coast porque el dólar suba un 10% o el galón se nos ponga a más de $4, pero interesa saber por dónde pueden ir los tiros antes de bajar la escalerilla del avión y poner el pie en Miami. El hecho de que todos los factores que vamos a ver a continuación nos sonrían, o por el contrario, nos den la espalda, puede suponer hasta 800 euros de diferencia de presupuesto por barba, y esto ya no son tonterías.


En primer lugar revisamos el cambio €-$, que lleva un par de meses poniéndose cuesta arriba. Y es que durante gran parte del año pasado superamos 1,4 dólares por euro, aunque ahora acabamos de superar un bajón y estamos a poco más de 1,3. Os dejo la gráfica para que los gurús de la economía puedan prever lo que nos vamos a encontrar en agosto.



Aquí la diferencia entre viajar con el euro a 1,2 dólares (mediados de 2010) o hacerlo con el cambio a 1,5 como estaba hace 6 o 7 meses puede suponer entre 500 y 700 € a añadir (o restar según como se mire) en los presupuestos totales que manejamos por barba. Vamos, ninguna broma. Ahora mismo estamos en el medio de esos dos extremos, creedme que me gustaría, pero no tengo ni idea de hacia dónde va a ir la gráfica dentro de 4 meses.

Otra variable que nos puede dar alguna sorpresa es el precio del galón de gasolina. Normalmente cuando la gente se va de viaje a USA, esto se mira por encima, te hace gracia que todo se mida en galones, y que los consumos se calculen a la inversa en millas por galón… bien, pues a nosotros no nos da tanto igual. Porque para movernos en un motonabo tragón a través de cinco mil millas de carreteras yanquis vamos a quemar mucha gasolina.




Echando un cálculo rápido, vamos a suponer que alquilamos un Grand Cherokee 2011 de 290cv (el 6 cilindros de 3,6 litros). Este pequeño utilitario consume 16 l/100 por ciudad y unos 9 por carretera.




Es cierto que haremos la gran mayoría de nuestras millas por carretera, pero los 9 no los lograremos ni en sueños. Con el coche bastante cargado, circulando en agosto a través de llanuras ardientes (lo que significa aire acondicionado a tope), y tirando de todos los cachivaches electrónicos sin parar, creo que el consumo medio puede estar en torno a 12 l/100Km. Para 8000 Km son 960 litros de gasofa… ponle 1000, unos 270 galones. Vamos a mirar la gráfica histórica del precio del galón en los últimos 5 años: en azul, la gasolina; en rojo el barril de Texas.



¿Y qué vemos aquí? Pues que las cosas están jodidas, la línea azul roza hoy los máximos históricos, imagino que por la tensión con los iraníes, las amenazas de bloqueo del golfo de Ormuz, el embargo de países europeos y demás rollos. Me parece que sobre esto tenemos poca capacidad de influencia, y como además echarle bourbon al coche sigue siendo más caro, no hay otra que pasar por caja.



Creo que va a ser imposible que pillemos un mínimo como el de principios de 2009, con el galón a $1.61, así que situamos nuestras mejores previsiones en encontrarlo en torno a $2.70-2.80 y las peores en verlo marcando nuevos máximos históricos por encima de $4 por galón.

La cosa puede variar entre la mejor combinación (dólar débil y galón barato), en la que pagaríamos 45-50 céntimos de € por litro, y la peor de todas (dólar fuerte, los iraníes tocando la minga y el galón por las nubes) en la que podríamos llegar a 90 céntimos por litro. La diferencia está clara: es el doble. Dividiendo entre los cuatro, este aspecto llegaría a pesar unos 120€ más o menos en el bolsillo de cada uno.

Por otro lado, si miramos el mapa de precios por estado, encontramos que en cada condado vamos a llenar el depósito a un precio diferente. Empezaremos con gasolina bastante cara en Miami, algo menos en el resto de Florida, y desde aquí ir encontrándonos gasolineras cada vez más baratas a lo largo de la ruta hasta Nevada. Para terminar, en California nos van a crujir vilmente: pagaremos precios por galón en torno a un dólar superiores a los de Utah, por ejemplo.



Luego están los alojamientos y las comidas. La mayoría de las noches serán en moteles de carretera, así que para hacerme una idea, he metido una fecha de mediados de agosto para un motel medio en mitad de la ruta, el Super8 de Amarillo, Texas. Tenemos que la habitación para los 4 con desayuno incluido sale por $80, esto está muy bien. Suponiendo que no en todos los sitios tengan habitaciones dobles con cama doble, así que lo subimos un poco. De manera que, tirando por lo alto, nos podemos hacer la idea de que a lo largo de un día “de los de rodar”, en dormir y comer gastaremos una media de $60-65, caprichos, souvenirs y pijadas aparte. Sale un número muy redondo si estos 50€ los multiplicamos por las 20 noches que pretendemos estar tirados sobre la línea amarilla.

Otro tema que nos puede dar la sorpresa son los vuelos, llevamos siguiendo precios y sus tendencias unos cuantos meses, y algo podemos prever sobre el tema.




Aquí encima tenéis la evolución desde octubre de los precios del vuelo Madrid-Miami con salida a mediados de febrero. En rojo el precio diario, en azul el precio medio acumulado hasta ese día y en verde (la que hay que mirar) la línea con la tendencia del precio

Sacarse los billetes en cuanto empiezan a estar disponibles -esto es: un año antes del vuelo- suele ser un error. Saben que pueden clavar al que ha decidido con mucha antelación su viaje y busca asegurarse la plaza, de manera que los precios al principio no son nada baratos, luego sí que tienden a bajar hasta 3 o 4 meses antes de la salida, marcan su mínimo por aquí y desde entonces vuelven a subir, y alcanzan los precios máximos la semana antes del vuelo. Lo interesante es que la forma de las gráficas es la misma pongas la salida cuando la pongas, aunque los precios suben, claro. No es lo mismo volar en febrero que hacerlo en agosto.

¿La previsión para el verano? Esto es lo que nos importa, ahora aún estamos bajando antes del mínimo, al que esperamos llegar en las próximas semanas. Con las matemáticas en la mano, habrá que comprar cuando el billete baje un 15% respecto a los ochocientos y pico euros que cuesta ahora. Y por salud mental, no volver a abrir un buscador de vuelos hasta que volvamos.



El vuelo interno para volver desde Los Ángeles hasta Miami ronda los 100€, directo y con varias compañías diferentes a lo largo del día, así que me parece demasiado flipadillo ponernos a seguir la evolución de sus precios para ahorrarnos 15 miserables dólares, pero si alguien quiere ponerse será bienvenido, desde luego.

La última variable es el alquiler del coche, que merecerá una entrada aparte, porque con lo freaks que somos, esta decisión no responde a una fórmula matemática ni a una evolución controlada de precios, con sus gráficos y demás, no. El coche será nuestro quinto compañero del viaje y no sólo vamos a valorar dólares a la hora de escogerlo.

lunes, 5 de marzo de 2012

Y EN LOS ÁNGELES SE ACABARON LAS OBRAS (VOL. II)


Nos habíamos parado un momento a tomar una Bud en algún garito de Sunset Boulevard, bien... pues es hora de apurar el último trago para volver a nuestro hierro y a las calles-autopista de Los Ángeles. Bel Air y Beverly Hills esperan más adelante con poco más que ver aparte de mansiones, tiendas de las de camiseta a precio de un sueldo y pepinos aparcados a sus puertas.


A poco que hayas leído este blog, ya lo habrás adivinado: vamos a pasar bastante de la tienda de Prada y Bvlgari y de hacer el tour por la casa de Brad y Angelina... lo que seguramente haremos será comprar una caja de donuts y sentarnos en una esquina cerca de Rodeo Drive a engullirlos mientras la fauna local desfila ante nuestras narices al volante de Ferraris fosforitos, Lambos gloss, Porsches con equipos de sonido de 9000W, RollsRoyces con spinners y con suerte algún Escalade tuneado perseguido por la policía… en fin, cuestión de prioridades. Si continuamos bordeando el valle por Sunset Boulevard, nos damos de frente con Hollywood.




¿Y qué decir de Hollywood que no sepáis ya? Pues poco… la mayor industria cinematográfica mundial, los grandes estudios, los productores, los actores y la pasta están aquí, y además, muchas de las historias que nos han contado suceden en estas calles.


Cada esquina puede sonarnos de alguna película de nuestro top 10 gorilesco: Terminator 1, 2 o 3, todas tienen escenas épicas en algún rincón de Los Ángeles; lo mismo pasa con la saga de Arma Letal; la primera Jungla de Cristal; Reservoir Dogs o Pulp Fiction del amigo Tarantino; L.A. Confidential, Un día de Furia (que ha saltado a nuestro freakstrellato en los últimos meses con su “se acabaron las obras”); Training Day, The Italian Job (la nueva), Collateral… esta gente te levanta en dos días un monasterio tibetano de cartón piedra…¿Por qué iban a coger un avión y moverse de Los Ángeles?


Recorriendo el barrio de este a oeste tenemos Hollywood Boulevard, con sus dos mil y pico estrellas en el suelo, y millones de freaks disfrazados buscando nuestra caridad en forma de dólar a cambio de hacernos una foto con ellos. Pero por muy bueno que sea el disfraz de Chaplin o de Darth Vader, no hay que distraerse, la misión por aquí está clara: hacernos con un mapa de las estrellas, buscar la de Chuache, o la de Stallone, inmortalizar el momento y largarnos.



Se me van a saltar las lágrimas...

Curiosidad frikesca: si os fijáis en el mapa de Los Ángeles gorilesco, las imágenes del satélite del Kodak Theatre están hechas con la alfombra roja montada y toda la parafernalia de la ceremonia de entrega de los Oscar, en Hollywood boulevard con N Highland avenue.


Cerca de Hollywood, trepando por las colinas podemos subir hasta el Observatorio Griffith. Ver un atardecer sobre el Pacífico (a través de los rascacielos del downtown y de la boina de aire marrón) es otra de las top ten things to do en Los Angeles. Aquí tenemos sin duda una foto imprescindible.


El downtown de Los Angeles es como el de cualquier otra gran ciudad yankee, no muy distinto de los que ya habremos visto en Houston o Dallas. En este caso el techo lo pone la US Bank Tower (73 plantas y 310 m), edificio desde el que nos tiramos unas cuantas veces en el San Andreas.


Sin salir del downtown, en la Avenida Figueroa nos encontramos con el Staples Center, el recinto multiusos archiconocido por ser donde juegan los Lakers y los Clippers, o por haber sido escenario para cientos de películas (la última que se me viene a la cabeza es Drive: aquí termina la primera persecución), o por haber albergado eventos como el funeral de Michael Jackson.


Al este del downtown hay un lugar que mira que es feo, pero no me voy a ir sin haberle hecho un par de fotos: el río Los Ángeles, canalizado en hormigón a lo largo de todo su curso a través de la ciudad. Como se puso en la entrada de las 21 imágenes, ésta es una vista inconfundible de la ciudad. Aquí se han rodado horas y horas de carreras y persecuciones (el GT500 de 60 segundos dejando atrás al helicóptero de la policía, el paseo “romántico” de Drive, la carrera de Grease…)




Para terminar hay que hablar de cómo nos vamos a montar la última noche. Al igual que la propia ciudad, la oferta de ambientillo nocturno es enorme. La fauna local en forma de raperos, hipsters, pijas, vigoréxicos y hasta gente medio normal acude en masa a clubs de fama mundial. En Hollywood encontramos garitazos como LAX, Mood, Chateau Marmont (estos son de los de dejar el Aston Martin en la puerta). En el downtown la oferta es muy variada, desde pubs y locales de monólogos o de música en directo hasta clubes “supertrendy-osea”, los empresarios locales están intentando darle un poco de vida a esta zona que hasta hace nada estaba completamente muerta de noche. Y si nos movemos hasta la zona de Venice o Santa Monica encontraremos ambientes más lounge para el plan de saborear un cocktail sobre la playa reflexionando sobre la idoneidad de jubilar tu camaro del 86 y comprarte un Prius. La variedad es enorme, e intentar resumirla en cuatro líneas de un blog es imposible. Encima cuando aún no hemos estado allí…



viernes, 2 de marzo de 2012

Y EN LOS ÁNGELES SE ACABARON LAS OBRAS (VOL. I)



Los 300 galones texanos que hemos quemado nos han acercado hasta el final del Coast to Coast, con el cuantakilómetros del coche ahora rozando las 5.000 millas. Mientras nuestra fatigada montura se traga las últimas curvas de la CA-1, a lo lejos aparece una boina de aire marrón, la carretera se retuerce en scalextrics de 24 pisos, y todo empieza a tomar el color del hormigón grafiteado. Estamos llegando a Los Ángeles, una enorme área metropolitana donde viven cerca de 20 millones de personas.



La California que queríamos ver (la de los grandes parques, los desiertos, las murallas de granito y las costas salvajes) ya habrá quedado atrás. Si hay que ser sincero, hemos dejado esta ciudad como un comodín al final porque realmente es la que menos ganas tenemos de conocer. Pero por un lado, los vuelos internos a Miami desde aquí parecen mucho más baratos, y por el otro, recorrer la costa pacífica hacia el sur –algo que íbamos a hacer sí o sí- es lo que tiene, que terminas llegando a Los Ángeles. Así que dependiendo de cómo nos haya ido en las semanas anteriores, de imprevistos y atajos que cojamos, podremos tener o no tener tiempo para darnos una vuelta por algunos de los lugares angelinos que merezcan la pena.

Ver Los Ángeles Gorilesco en un mapa más grande

Lo primero, un par de datos: Los Ángeles ocupa una llanura con el Pacífico al oeste y las montañas de San Bernardino y San Gabriel al este. No es una sola ciudad, sino varias ciudades que han crecido hasta formar una magametrópolis, así que de lado a lado te puedes tirar tranquilamente 50 o 60 Km (con sus atascos). Las calles son carreteras, las avenidas, autopistas de hasta 14 carriles; y para colmo el transporte urbano es una mierda. ¿Y esto que significa? Pues coche para todo. Nota mental: hay que evitar las autopistas en las horas punta, es decir, de 7 a 9 de la mañana y de 4 a 6 de la tarde. Y es que aunque queremos sumergirnos en la cultura yanqui, el aspecto de los atascos ya nos lo llevamos bien conocido de Madrid y preferimos pasar del típico atascazo californiano.


En esta esquina de California casi no llueve, de manera que la contaminación puede durar semanas en el aire. Viendo que respiraban aire con calidad de basura, las autoridades tomaron medidas hace años, fomentando la compra de vehículos menos contaminantes. De aquí es de donde viene la invasión de Prius, Volts e Insights que mirará con desprecio a nuestro monstruo movido por un V8 tragón y a su tubo de escape del tamaño de un bote de colacao familiar. Con lo a gusto que se encontraba en las llanuras de Texas…
Nuestra ruta llega a los Ángeles desde el norte, bordeando la costa. Lo primero que nos encontraremos será una pequeña ciudad con un nombre de esos que a todo el mundo le suena a sol, palmeras, chicas en bikini y surferos en sus VW T1: Malibu. En esta ciudad vive gente de pasta, de mucha pasta, a quienes encanta levantar grandes muros alrededor de sus mansiones, de manera que no hay mucho que ver. Aparte de las playas como Zuma Beach, Paradise Cove o El Matador, la famosa imagen de las casas de madera sobre la playa o el Malibu pier serán lo más interesante por aquí.


Visto Malibú, seguimos hacia los rascacielos que veremos al fondo, dejando el mar a nuestra derecha. En media hora habremos llegado a una ciudad que todo el mundo nos ha recomendado, Santa Mónica.


Hay que darse una vuelta por su playa, buscar la placa conmemorativa del final de la Ruta 66, pasear por su pier que mete en el mar un parque de atracciones, o por el Third Street Promenade, lugar donde el señor Tuercas sin duda dará rienda suelta a su vena consumista compulsiva, o a la de encontrar gangas, ¿Quién sabe?


Algo más allá alcanzamos Venice Beach, otro icono imprescindible de Los Ángeles con sus pickup amarillos aparcados a los pies de las casetas de madera de los socorristas.


Este escaparate al aire libre es la meca del postureo y de los piraos, de los machacas del gym, de la creatina, de la silicona y del aceite bronceador. Así que tranquilos, nos integraremos bien en este lugar.



Para más señas, un sector de la playa recibe el nombre de Muscle Beach, y allí encontramos un gimnasio gratuito, cuerdas para trepar, mesas para echar pulsos a Dillon… si, Schwarzenegger era parroquiano habitual, así que no hace falta decir nada más.



Saturados de cachete con cachete y pechito con pechito, le damos la espalda a la playa y nos metemos valle adentro. Podemos enfilar Sunset Boulevard, una avenida con ambientillo que recorre los barrios al pie de la montaña y nos llevará a través de Bel Air y Beverly Hills hasta Hollywood. ¿Qué bien suena esto, no? Pues lo dejamos para el segundo volumen, lo bueno viene siempre en pequeñas dosis.